viernes, 19 de octubre de 2012

SUEÑO O REALIDAD... YO REVOLUCIONARIO



Hoy me desperté  con algunas ideas dándome vueltas por la cabeza.
Como ya es sabido estoy en contra del gobierno y estoy convencido que le está haciendo un daño muy grande a la nación, no solo en lo económico sino en lo social y cultural. Hasta aquí ninguna novedad, lo bueno es que tengo la solución al problema y hasta la historia esta de mi lado.
Se me ocurrió que no  puedo, ni debo, hasta sería inmoral hacerlo, quedarme de brazos cruzados mientras el país se hunde. Entonces decidí empezar a hacer algo.
En primer lugar debo juntar a muchos, para eso nada mejor que los lugares donde ya están juntos, los colegios y las universidades, porque los jóvenes son más fáciles de convencer, las fabricas, los clubes, las sociedades de fomento, cualquier lugar donde haya gente me sirve para reclutar.
Después tengo que educar y formar los cuadros, para que dirijan el movimiento transformador que voy a encarar, es muy importante generar en ellos la sensación de que están construyendo algo trascendental y glorioso, debo hacerles creer con convicción que están combatiendo a un enemigo poderoso y que cualquier sacrificio es poco en la lucha desigual que enfrentamos
Imponerles como dogma que si nuestra lucha es justa y lo hacemos por el bienestar de todos , el fin justifica siempre los medios, debe ser carne en ellos que cualquier camino, que conduzca al bien común  es válido.
Siempre debe estar presente,  que por todos los medios posibles hay que generar en la sociedad la sensación  de que soy el  único o ya se podría decir que somos los únicos, que tenemos la solución  a los problemas y de que con la ayuda del pueblo al que legítimamente representamos porque somos parte de él, conseguiremos cambiar el rumbo del país
De acuerdo a como se de la acumulación cuantitativa del movimiento deberemos generar una táctica y una estrategia para llevar adelante el proyecto.
Si nuestra idea se hace carne en la sociedad y ganamos una elección ya está, pero no somos electoralistas, las causas justas no pueden esperar los tiempos electorales, los pobres se mueren y las trampas que hacen desde el poder, dilatan nuestra gesta.
Si el enemigo que está enquistado gobierno, que  tiene todo el aparato represivo y propagandístico del estado para combatirnos, está muy afianzado y es fuerte, ahí es donde debemos mostrar el temple revolucionario y transformador de nuestro movimiento y explorar  cualquiera de los caminos, todos validos para luchar.
De acuerdo a las necesidades podemos restituirle al pueblo y financiar al movimiento, con  parte de los dineros que les han arteramente quitado  durante años de saqueo y explotación a los trabajadores, sacándolo de algunos bancos, seguramente por la fuerza, porque como ya sabemos ellos no quieren ceder sus privilegios.
Otra forma de financiar al movimiento, podría ser atrapar a los más encumbrados empresarios, banqueros o políticos y en un acto de justicia conseguir de sus empresas o familiares nos entreguen parte de esos dineros mal habidos por ellos, para usarlos en algo más justo que para los gastos opulentos a que los tenían destinados.
Si se ponen duros y empiezan a perseguirnos debemos demostrarles que no estamos jugando, y en cualquier momento deberíamos ajusticiar a algún jefe corrupto y asesino o dar un escarmiento un poco más  generalizado y hacer estallar algún dispositivo que los disuada de sus acciones, y  si llegáramos a tener la fuerza suficiente debemos, para mostrar al mundo y a la sociedad que vinimos para quedarnos,  tomar por la fuerza algún cuartel o destacamento de las fuerzas de seguridad para que sepan que pelearemos en el terreno que ellos quieran y que no nos van  a doblegar.
Si conseguimos la victoria estaremos orgullosos de  haber podido cambiar un sistema nefasto por algo perfectible pero que comparado al que destruimos, es mejor.
Desde el gobierno haríamos un país mejor y desde el país un mundo mejor, la sangre derramada no será en vano.
Si no la conseguimos,  juntamos lo que nos quedó de la gesta y nos retiramos estratégicamente a planificar nuevamente, a aprender de los errores y empezar de nuevo.
Por las consecuencia de nuestros actos debemos estar tranquilos, porque si se hizo algo que la sociedad no entendió o algún inocente cayó en la justa lucha que empezamos , tenemos muchos años para influir de distintas formas en el colectivo social para hacer entender que nosotros solo queríamos un mundo mejor, quizás en el fragor de la lucha, privamos de la libertad momentáneamente a alguien que se lo merecía , perdió la vida algún ciudadano ,  incautamos algún dinero mal habido, causamos algún daño sin quererlo, pero el objetivo superior de terminar con la desigualdad todo lo justifica. Ellos, hipócritas, a estas desgracias, con un eufemismo les dicen “daños colaterales”, pero ellos realmente secuestran, ellos roban, ellos asesinan,  nosotros no, esas palabras no están en nuestro vocabulario para nuestro quehacer
Si somos pacientes y sabemos actuar en las aéreas educativas y culturales, podremos imponer en la sociedad nuestro punto de vista de que, si una bala nuestra mataba  a  alguien, era una desgracia en el camino de la revolución, y de que si nosotros teníamos armas era porque ellos nos obligaron porque no querían dejar el poder y si ellos mataban a alguno de los nuestros era un crimen de lesa humanidad.
Es más si logramos que esto se haga carne en la sociedad, si el relato nuestro de los hechos se logra explicar en las escuelas, en las universidades en los medios de comunicación, apelando siempre a los mas altos sentimientos de la gente como son la justicia , los derechos humanos, la libertad, seguramente, serán los más jóvenes, aquellos que cuando esta batalla se libró  ni habían nacido, los que levanten nuestras banderas y hagan nuestros reclamos.
Si nos sale bien hasta  podríamos juzgar a los que nos enfrentaron y mandarlos a que se pudran en la cárcel, mientras nosotros disfrutamos de la sensación del deber cumplido.
Asi que desde hoy mismo empiezo a organizar la revolución contra este régimen monárquico, autista y personalista, el camino es fértil, la recompensa es grande y el riesgo mínimo. Tengo la certeza que me da la convicción y la tranquilidad que si me equivoco “la historia me absolverá”
Hasta la victoria siempre
PD…¿ Esto ya pasó o estoy todavía soñando?
 Gregorio Arrocha Girard 

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